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4/11/15

Un buen planazo...!!!

En una ocasión cuando ya me formaba como mayorcito, teníamos un grupito de vecinos que íbamos a jugar en las tardes, pero a más de jugar esperábamos que “El Ñato”, un carretillero que soltaba sus pobres caballos en el potrero de don Ramón Bobadilla, cancha del polideportivo. Bueno un día, él llevo sus caballos como siempre, cuando el hombre desapareció empezamos la cabalgata vespertina, recuerdo era a pelo y sin lazos, recorríamos la carrera 50 desde el parque de La Concordia hasta Puyana, luego de regreso al parque y así la pasábamos casi hasta media noche, bueno, un día , un mal día para nosotros “El Ñato” nos posteó y cuando íbamos a empezar la cabalgata, salió de entre los matorrales del Parque Infantil, que quedaba donde fue el distrito de carreteras, luego, años después tuve el honor de haber trabajado allí.
Retornemos a la cabalgata, entonces ese ñato hijueputa, saco su peinilla y  nos agarró a plan, el primero fui yo, me logro cazar con un tremendo planazo en mi delicada y linda espalda, todos mis amigos corrían, Tobías y Harvey Bastidas parecían conejos, uno por un lado y otro por otro lado, pálidos y sudorosos, amigos no hay pensé yo, me abandonaron dejándome a merced de “El Ñato” y su horrible y picante peinilla y no fue más porque después de esa carrera y una pedrada que le pegue a ese malparido en la cabeza yo quede brotado con un verdugón de sangre, que maricada hoy recuerdo ese episodio y me cago de la risa y de dolor en la espalda, claro que ese ñato hijuputa  debió haber quedado reventado la cabeza y con un dolor que seguro le duro muchos días, hoy ese viejo maricon debe estar en el cielo o en el infierno, todavía doliéndole la cabeza y esperando que la muchachada con que yo andaba, subamos por allá para identificar el que le pego la pedrada.
Ese día hubo desbandada, mi grupo se disolvió por un tiempo, creo fueron dos o tres meses de receso en nuestras piletunescas actividades, al cabo de ese lapso de tiempo volvimos a reunirnos, pero esta vez cambiamos de sitios para cabalgatear y de dueño de los caballos porque “El Ñato” no volvió a dejar sus caballos por allí.        

Por esas calendas empezaban  mis primeros pasos en el futbol, pasión  que aún conservo pero ya no practico, vivíamos cerca a el campo, cruzábamos un puente de guadua, unas cuantas maromas para subir al campo, cruzando por donde vivía doña Isaura, allí también vivía Juanita la que denominábamos la loca, bueno escalábamos el muro y a jugar se dijo, muchas veces desde la cinco de la mañana hasta muy entrada la oscuridad de la noche, esto ocurría en vacaciones, ya situados en el campo, nos jugábamos todos los picados del día, a veces entrenábamos  con Deportes Sevilla, otras veces con Aliados,  dos equipos rivales de la época, que nos regalaban unos clásicos espectaculares, nosotros ahí progresando, recuerdo los largos entrenamientos con Donel Cárdenas, hombre de blonda cabellera, gran señor, gran amigo y espectacular arquero, jugaba con Aliados, equipo de don Jorge Fernández y Mario Cañas.  En fin yo empecé jugando en un equipo que llamaba Club Leo, luego mi hermano Jairo jugo en un equipo de un vecino nuestro que tenía un llevo-llevo y le decíamos “Coco Viejo”, por mi hermano yo jugué allí, este equipo era un ancianato, una mano de troncos y postes que parecían sembrados en la cancha, pero brutos, a ellos les debo gran cantidad de cicatrices en mis piernas, descomposturas y esguinces, eran enfrentamientos de David y Goliat, recuerdo que yo era en esa época muy liviano y corría como el viento por la punta izquierda y siempre quienes me marcaban eran gigantes, el amigo “Coche” entre otros, terrible eso porque él era muy pesado y cualquier movimiento siempre perdía yo, por eso me tocaba estar muy lejos de él, porque si lograba pasar el balón y yo sin tener contacto con él, era gol fijo, pero si no entonces golpe fijo en mi pequeña humanidad.
De allí mis hermanos y yo logramos conformar un gran equipo de futbol que denominamos Los Golpes, por dos razones lo llamamos así, la primera por los golpes que yo recibía y segundo porque éramos fanes del conjunto musical, bueno este equipo fue espectacular, hicimos leña en nuestro pueblo y sus alrededores, recuerdo jugamos en los estadios de Cartago, Buga, Tuluá, Pereira, Armenia; nos batimos feo y maluco, solo perdimos con la B del Deportes Pereira.
Que época, recuerdo que mi hermano Jaime estaba estudiando Ing. Civil en Popayán, el venia por ahí de vez en cuando, pero en vacaciones él era el portero oficial de nuestro amado equipo, como él era poco conocido, le decíamos a los niños y a nuestra fanaticada que por cierto era mucha en esa época que nuestro portero era Argentino, pues él nos trajo las famosas balacas que lucíamos casi todos porque la mayoría tenía el pelo bien largo.  
Cinco veces campeones, tres en primera categoría y dos en segunda donde empezamos. Miguel nuestro padre nos subsidiaba todo, hasta el trago, que no era poco el que tomábamos, bebíamos como caballos asoleados.
Pero llego el día, terminamos todos el bachillerato y ahí fue el acabose, todos partimos a estudiar por otros lares, además era época de los Juegos Departamentales del Valle y el Comité de Fútbol de Sevilla quería que todo el equipo de Los Golpes fuéramos la selección Sevilla, para ellos no sacrificar los jugadores de Aliados y de Deportes Sevilla e incorporarlos a la selección, además la mayoría de ellos estaban ya entrados en años, pero con una calidad humana y futbolística espectacular.    
jairvalenciagaspar@yahoo.es